Otras razas ovinas y caprinas españolas
Además de la merina, otros troncos raciales estaban presentes en España y algunos desde tiempos prehistóricos; sin alejarnos demasiado, en una edición del siglo XIV de la Nova Recopilationis, a efectos de fijar las tasas, el precio de los carneros se establecía de la siguiente forma: “Carneros de tierra de campos porque son grandes cuatro maravedís cada carnero, en Castilla tres, en las montañas y Galicia dos, porque son más pequeños”.

Raza Merina
Hay otra clasificación de la época que las encuadra en dos grupos diferentes que son las riberiegas o estables, entre las que está la raza churra y en general las de lana basta, y las trashumantes, que encuadran a las merinas, manchegas y castellanas.
De estos tipos han surgido las diferentes razas españolas, que son las siguientes: alcarreña, canaria, castellana, churra, gallega, guirra, lacha, manchega, mallorquina, montesina, ojalada, rasa aragonesa, ripollesa, segureña, talaverana y vasca; es decir, un total de diecisiete pero hay más, que Feagas, la asociación de ganaderos, también contempla y entre ellas están la ansotana, la chamarita, la roya bilbilitana, la rubia del Molar, la montesina, la ojinegra de Teruel, la maellana y algunas otras.

Raza Churra
En general todas son de triple aptitud, es decir producen carne, leche y lana, aunque esta última producción cada vez se valora menos, debido al envilecimiento del precio, ya que se ha sustituido en gran parte por fibras sintéticas, lo que hace que muchas veces el coste del esquilado, que es necesario para que los animales no tengan excesivo calor en verano y para evitar exceso de suciedad y acumulación de parásitos, es superior al precio percibido por el vellón. Recientemente se ha producido una cierta revalorización de la lana, acorde con la mayor apreciación de las fibras naturales.

Vellón
La producción de carne y leche, es decir doble aptitud, es generalizada y, aunque hay razas especializadas en uno u otro producto, la realidad es que va a depender de muchos factores la dedicación de la explotación, porque una misma raza puede criarse con finalidades distintas, como por ejemplo la manchega, que en algunas ganaderías se venden los corderos lo antes posible para poder comercializar la leche, pero también se dan casos de explotaciones de esta misma raza que ceban los corderos porque su actividad principal es la producción de carne, y en estos casos prolongan las lactaciones y solo ordeñan excepcionalmente, o incluso algunas prefieren hacer las lactaciones cortas y no ordeñar para provocar el celo y hacer lo más corto posible el tiempo entre parto y parto.

Diferentes razas de Caprino