Resurrección del Uro (Bos pritigenius) «Proyecto Taurus»

La resurrección ha dejado de ser un lujo sólo digno de divinidades cristianas, pues el uro (Bos primigenius), un bóvido extinto desde 1627, se ha apuntado al carro de volver a la vida después de la muerte. El Proyecto Taurus , ideado por la organización conservacionista holandesa Fundación Ganado Taurino, pretende revivir a este animal, cuya desaparición se atribuye a la sobre explotación humana y a la destrucción de su hábitat. Esta especie llegó a Europa hace 250.000 años, y de su evolución y descendencia surgieron las razas vacunas actuales. “Podríamos considerar al uro como el hombre de cromañón bovino”, explica el genetista de la Universidad de Córdoba involucrado en el proyecto, Alfonso Luque.

DESCENDIENTES MAS CERCANOS DEL «URO»

 

Aunque a priori la iniciativa parece una versión del guión de Parque Jurásico, Luque asegura que el proceso de revivir al uro “es mucho más simple y menos fantástico que la película”. Los investigadores están seleccionando las razas vacunas actuales más similares al uro para realizar un proceso de retrocruzamiento. Este consiste en buscar las características genéticas del uro entre sus descendientes y mezclarlas mediante cruces hasta combinarlas en un solo ejemplar, lo que Luque define como una “evolución a la inversa”. Para el director del Proyecto Taurus, Henri Kerkdijk, el proceso “es como tener todas las piezas de un puzle, lo único que hay que hacer es encajarlas correctamente”. Hemos seleccionado varias especies en cuyos genes esperamos encontrar la receta del uro”, comenta Kerkdijk.

Para conocer cuáles son los ingredientes del uro, los investigadores van a extraer material genético de restos de este animal presentes en huesos y dientes almacenados en museos de historia natural. “Mediante la comparación de los distintos ADN, sabremos en qué se parece cada raza a su ancestro”, agrega Kerkdijk.

A comienzos del próximo verano, los científicos obtendrán los primeros vástagos cruzados. Si todo sale según lo planeado, cada generación se parecerá más al uro original. “Nuestro objetivo es conseguir una correspondencia genética del 100%, aunque va a ser casi imposible”, afirma Kerkdijk. “Alcanzar una similitud del 99% sería estupendo”, añade. Según el experto, los bóvidos seleccionados tienen una correspondencia de “entre el 50% y el 75%” de su ADN con el de sus predecesores. “Cuantas más especies se crucen, más se parecerán los descendientes al uro original explica Luque. Puede que dentro de tres o cuatro generaciones ya tengamos crías muy similares”, agrega.

ALIADO ECOLÓGICO

De entre todas las especies extintas, el uro ha sido elegido para la resurrección por su función ecológica. Este animal “es una parte fundamental de la población de megaherbívoros de Europa”, afirma Kerkdijk. El reto de devolver la vida a esta especie va de la mano del programa de Redes Ecológicas de Holanda, que pretende que en 2018 todos los espacios naturales del país estén interconectados. “Si queremos crear una naturaleza real, la flora y la fauna deben devolverse a su estado original”, agrega.

Para que un ecosistema pueda ser auto suficiente, debe contar con al menos una especie megaherbívora. Para Kerkdijk, “después de 250.000 años de evolución, los uros son el ganado más adecuado para repoblar las reservas naturales”. Según el experto, su impacto sobre el medio ambiente es el menos agresivo. Los uros salvajes no necesitan cuidado, son capaces de mantenerse por sí mismos y no son agresivos, unas cualidades que resultan “fundamentales para la reintroducción”, comenta.

La Fundación Ganado Vacuno no es la única que conoce las bondades de los uros. La Sociedad Alemana de Criadores de Ganado de Heck (VFA, en alemán), que gestiona las poblaciones de esta especie, está en trámites con una finca española para cederle hasta 35 ejemplares. Se trata de 800 hectáreas de campo cercanas al Pirineo de Girona, dirigidas por el gestor medioambiental Marian Piper. “Un ecosistema sin grandes herbívoros necesita ser cuidado por humanos afirma Piper. La naturaleza requiere animales salvajes para que vivan en libertad y Europa lo está intentando con los uros recreados”. Esta no sería la primera vez que el ganado de Heck pisa España: en 1987, un ingeniero mexicano donó dos ejemplares al zoo de Madrid que, según fuentes del parque, “se perdieron recientemente”.

Aunque habrá que esperar unos cuantos años para ver si el uro se reintroduce, los ecologistas advierten de que este hecho “más que un capricho, es una necesidad para los ecosistemas”, concluye Piper.

Fuente consultada: www.produccion-animal.com.ar

1 Comentario
  1. […] no existir discontinuidad reproductiva entre el cebú y las razas vacunas europeas, y al hecho de que las razas índicas están bien adaptadas a las altas temperaturas de áreas […]

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