La historia de nuestro cuchillo
¿Has pensado cuántas veces al día utilizas las tijeras, el cuchillo, la navaja o simplemente cualquier alfiler?.
Todas estas armas y herramientas, tienen su antepasado en los orígenes de un instrumento de trabajo tan cotidiano como el cuchillo pero que nació del ingenio de nuestros antepasados en la edad de piedra. ¿Cómo te las ingeniarías para despiezar un jabalí de 200 kg sin ninguna herramienta para despiezarlo? Una piedra en forma de punta bien afilada sería un buen instrumento. Esa es la conclusión a la que llegarían nuestros lejanos parientes Homo Habilis del Paleolítico, (2,3 hasta 1,6 millones de años antes de Cristo (a. C)), cuando la historia del cuchillo toma su punto de partida. Entonces se utilizaban puntas de lanza o jabalina para despellejar y despedazar animales de caza, y casi nunca como arma defensiva, probablemente debido a que tampoco eran útiles perfeccionados para tal fin, sino para realizar funciones alimenticias específicas. En algunos casos se sujetaban a un palo con fibras textiles.
El primer cuchillo
Los primeros cuchillos usados para cortar aparecen en los últimos estadios del Paleolítico superior, época caracterizada por el gran desarrollo artístico y de los útiles. En ocasiones esos cuchillos primitivos, siempre tallados y sin pulir, estaban hechos de cristal de roca, como los encontrados en el norte de Europa, en los dólmenes, grutas sepulcrales o en las sepulturas del Egipto prehistórico. Dependiendo de su uso, origen y propietario, o bien contaban con abundantes y delicados adornos o bien eran austeros, sin apenas ornamentos, llegando en algunos casos a alcanzar los 35 cm de longitud.
Los cuchillos escandinavos tienen un filo recto y otro curvo, en forma de raspador, y los germánicos son curvos en su mayoría. Se distinguen por ser gruesos y puntiagudos. Es anecdótico el hecho de que los cuchillos prehistóricos en España sean los más perfectos de los hallados en las excavaciones arqueológicas, puesto que nuestro país adquiriría una importante fama y prestigio en la fabricación, y forja de cuchillos y de espadas a partir del Siglo XIV, llegando a su pleno apogeo en el Siglo XIX.
Su forma es recta, algo encorvados por la punta, y son extremadamente finos. En el Museo Arqueológico Nacional se guardan algunos ejemplares de cuchillos prehistóricos, que surgieron en los yacimientos de Toledo, Asturias, Cáceres y Daroca.
Lo que más destaca de estas herramientas de corte es que están facetadas, en lugar de tener las huellas cóncavas producidas por la percusión de otra piedra.
Cuchillos en la época clásica
En la época clásica aparecen los cuchillos de metal, con un solo filo en la hoja encorvada y mango de bronce, hueso o marfil, y que se decoran o bien con escenas de caza y de la naturaleza o bien con bustos humanos. Los primeros en utilizar el cuchillo como herramienta forense fueron los egipcios, que utilizaron cuchillos de pedernal para extraer las vísceras a los cadáveres y poder embalsamarlos. En las excavaciones realizadas a algunas tumbas se han encontrado este tipo de herramientas funerarias.
En la antigua Roma encontramos los antepasados de la navaja, ya que algunos cuchillos con hoja de hierro, cobre o bronce tenían un eje sobre el cual giraba la hoja para guardarse en una ranura del mango. En ocasiones, el cuchillo se portaba dentro de una vaina y atada a la cintura, junto con otros instrumentos.
Siglo de oro del cuchillo
A partir de la Edad Media se utilizaron diversos materiales para la fabricación de los cuchillos. Estos se podían encontrar de todo tipo y con las formas más diversas, con empuñaduras de metales finos, con relieves artísticos marcados o adornos de pedrería.
La prohibición del cuchillo durante el XVIII supuso un importante obstáculo para la evolución de este utilitario hasta el XIX, siglo que es conocido como el “siglo de oro del cuchillo”, aunque tal vez debería denominarse como “siglo de acero”, ya que fue entonces cuando se incorpora este material para su fabricación, el cual sigue siendo el más cotidiano en nuestros días. La modernización de la maquinaria con la llegada de la industrialización y la aplicación de nuevos materiales hace florecer la creación de otras herramientas específicas relacionadas. Es entonces cuando empiezan a fabricarse cuchillos y filos para diferentes utilidades, con fines concretos y específicos, así como navajas de todo tipo, siendo populares las que portaban los bandoleros.
Incluso llegó a instaurarse la moda de que los hombres llevasen un cuchillo sujeto a la escarcela mientras que las señoras lo llevaban en la cintura, junto con un alfiletero y unas tijeras. La modernización de la cuchillería se extiende como la pólvora por toda Europa hasta Oriente Próximo, pasando por Sheffield (Inglaterra) o Bélgica, hasta Alemania, Francia o Turquía, sin descuidar España, donde ciudades como Toledo o Albacete todavía conservan el prestigio de su excepcionalidad en la fabricación del cuchillo.
En la actualidad podemos encontrar una amplísima variedad de instrumentos de corte, con actividades específicas para cada oficio o cada utilidad. Los materiales también han ido renovándose, encontrando cuchillos cerámicos que realizan cortes de precisión, o incluso cuchillos desechables, o con mangos de diferentes materiales, muy ligeros y de un solo uso, o precisos y desafiantes a cualquier material a cortar.
Materiales:
Para la fabricación de cuchillos se han empleado diversos materiales a lo largo de la historia, siempre adaptándose a los recursos existentes, los materiales más novedosos en cada época o los diferentes usos para los que podía usarse. Los antecedentes del cuchillo estaban hechos a base de piedra pulimentada y por colisión entre piedras. Solían hacerse de dos filos, con una arista central, y en algunos casos el corte era tan fino y la talla tan perfecta que cuesta creer que se hiciesen por medio de golpes secos.
Durante el Paleolítico se usaron otros materiales, como madera o hueso, pero no se conservaron al ser más perecederos, de menor dureza y resistencia que la piedra, que se mantiene en mejores condiciones con el paso del tiempo. También los encontramos de obsidiana, ó vidrio de los volcanes, un mineral volcánico de gran dureza (feldespato fundido naturalmente) de color negro o verde muy oscuro usado principalmente por los indios americanos, aunque también se utilizó en Europa.
El metal empieza a incorporarse a los cuchillos en la antigüedad durante la época de los metales; cobre (5.000 a. C ); bronce (3.800 a. C). y hierro (1.600 a. C). A través de los textos y de las representaciones artísticas griegas sabemos que entorno al 1.000 a. C los griegos ya trabajaban en hierro candente para endurecer las armas con este metal. El hierro sigue utilizándose hasta 1850, cuando surge el acero, que es el material más usado para la fabricación de cuchillos hoy en día.
La evolución de los dientes gracias al cuchillo
Nuestros dientes y mandíbulas son hoy muy diferentes a los de nuestros antepasados del Paleolítico.
Las 32 piezas que componen la boca son más pequeñas y redondeadas en el siglo XXI que las de nuestros antepasados. La mandíbula es también más pequeña y menos perfilada. Pero, ¿a qué se debe este cambio en nuestra fisonomía? . El cuchillo es en parte responsable de esta evolución. Nuestros antepasados sólo se servían de los dientes para desgarrar y trocear la carne hasta que el cuchillo pasó a desarrollar esa función, por lo que la dentadura se adaptó a un menor trabajo en los molares (muelen la comida) y la forma mandibular se adaptó a ello, configurándose más fina y pequeña. Este cambio comportó que la boca tuviese una dimensión menor y que los dientes se adaptasen para masticar pedazos de carne más pequeños.
Al modificarse la cavidad bucal con ello se alteró la capacidad para emitir sonidos e incluso hablar.
Espero haber aclarado las dudas sobre los diferentes orígenes de uno de nuestros mejores aliados ,en nuestro trabajo diario, “El cuchillo”.